Yo ya no tengo barco.
Yo ya no quiero tener un barco.
Prefiero ser delfín espumoso,
Y surcar el mar en busca de mi estrella.
Navegar sin tripulación y sin pesada carga.
Por qué no encuentro en ello nada que valga la pena,
solo vacío, anclaje, desolación. Desorientación.
Puse en el pasado muchas esperanzas en ese barquito,
amor, trabajo, ambición, pero nada fue bien.
Sola me postro en la playa ante el inmenso mar,
para que me lleve allá lejos, como delfín.
A tierras del sur o del norte,
calidez o frialdad en las aguas,
pero agua al fin, comunicadora de dichas por allí por donde pasa.
En mi viaje, si aprendí y mucho y crecí y mucho,
ahora es otro bagaje en mí, ya no me encorseta el mundo,
ahora mi vida es otra, y espero bondad en la estrella que me guíe.
