Después del ajetreo y lo bien que me lo pase con Lux y Rosalía, la verdad disfrute mucho esos días y también escribi bastante, he llevado unos días horribles, recordando lo peor del pasado, apesadumbrada, dolorida, y no había manera de salir de la órbita de esos peores pensamientos… ¿no os pasa a veces a vosotros, a todas las personas? Además, se me pone muy presente mi vida actual, es tranquila, reflexiva y casera, por lo cual, le falta alguna clase de chispa que la haga más humana, diferente y más divertida.
María Zambrano nos dice así (en Hacia un saber sobre el alma, subcapítulo, La Guía, forma de pensamiento): “Forzoso es aceptar que al mirar a este último periodo lo encontramos lleno de ciencia y conocimiento puro. Y de conocimiento aplicado a técnicas, a la fabricación de instrumentos. Pero pobre, inmensamente pobre, de todas las formas activas, actuantes, del conocimiento. Y entendemos por activas las que nacen en el anhelo del penetrar en el corazón humano, las que se encargan de difundir las ideas fundamentales para hacerlas servir como motivos de conducta en la vida diaria del hombre vulgar que no es, ni pretende ser, filosofo, ni sabio. Formas creadoras que no descubren, ni inquieren, sino que transforman lo inquirido y descubierto en eso que Foillé llamo “ideas-fuerza”, y Ortega, en forma que parece definitiva, “ideas-vigentes”. Las creencias, tal como Ortega las ha descrito, son algo previo a las ideas, “hijas de la duda”. Las ideas vigentes serán estas ideas vencedoras y acuñadas en moneda de uso, ideas claras y logradas que han anclado en el corazón de las gentes en forma de convicciones. Mas conscientes que las creencias, anteriores, y previas a la adquisición de las ideas, según parece desprenderse de lo expuesto por Ortega hasta ahora.
Con ello entramos en lo más lamentable de la cultura moderna. Y es su falta de transformación del conocimiento puro en conocimiento activo que alimente la vida del hombre que lo necesita “. […]
“Ideas-fuerza”= “ideas-vigentes”; “Hijas de la duda”; creencias, convicciones. Marca, también como en tiempos de Zambrano… según ella dice con estas palabras, como decía yo marca los tiempos actuales, sus ideas vigentes como también la ciencia en plena expansión y explosión. La tecnología invade nuestras vidas, y vuelvo a utilizar el verbo o a veces sustantivo marcar, porque nos marca profundamente, cambiando nuestros horizontes y convicciones. No ha cambiado tanto el mundo desde hace un siglo aproximadamente en que María Zambrano escribió esas palabras, en realidad, se ha orientado, mas si cabe en esas proposiciones de la autora. Lo que quizás está dando un vuelco son las creencias, pero solo el tiempo dirá si solo es moda temporal, o es un nuevo resurgir, porque hay parte y apartes del hombre que quizás buscan algo más, y eso es la fe, la religiosidad, hay una especie de brotes verdes por llamarlos de alguna manera, que elevan la curiosidad de sobre todo de los jóvenes. Voces nuevas, que no se adentran en la política, solo en lo espiritual, motivados ¿Por qué? Podríamos pensar. Si llegamos un poco más lejos se me ocurre quizás, consuelo, recogimiento, después de tiempos de tiempos de grandes extralimitaciones, aventura, ¿Por qué no?
Después de lo visto en el disco de Rosalía, es una nueva manifestación de lo viejo, de lo antiguo. Con imágenes y sonidos actuales y la forma de sentirlo por las personas quizás sea igual, nuevo, diferente, individual. No sabemos dónde nos llevara. De momento constatar que nos llega por las pantallas, como casi todo y eso ya es síntoma podría ser de infección del padecimiento de nuestros tiempos (todo a través de pantallas) cada vez menos contacto con el otro. El filósofo coreano alemán Han Byung Chul que recientemente recibió el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, habla mucho de estas cosas, de la obstrucción que las pantallas hacen en la comunicación de las personas.
Yo creo, ya terminando, y estando de acuerdo con todos, pero también teniendo algo del pensar por mi parte, que las pantallas para mí también son espirituales, si, lo creo firmemente, también están conectadas, los algoritmos, con algo especial incontrolable como es el alma. Yo no sé, pero, en mi pantalla surgen a veces no siempre, cosas que necesito escuchar, habrá quien diga que eso es la IA, pero no, la IA creo que no va por ahí, la IA pretende sustituir y estas cosas que suceden con las pantallas, estas cosas que creo que me suceden a mí a veces (muchas otras veces es pura mierda) son prolongaciones de mi sexto sentido, mi quintaesencia, mi espíritu o mi alma. Eso creo yo.







